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jueves, 28 de junio de 2012

Crónica de un pobre


El otro día iba caminando por la calle cuando me encontré con un hombre moribundo, como soy tan buena persona me acerqué y le pregunté que le había sucedido, me dijo, soy pobre, eso es lo que me ha pasado, y antes de morir, me contó su vida, la cual era breve porque no había tenido dinero para vivir mucho. Hoy en su honor, transcribo sus últimas palabras.

“Yo nací en el llano, no recuerdo la fecha, mi mamá no tenía dinero para hacerme la partida de nacimiento, me dijo, eso de tener cumpleaños es muy caro, acá no hay dinero pa’ regalos, así que yo nunca he tenido un cumpleaños, jamás me han regalado nada ¿cuándo iré yo a recibí un regalo? Manquesea que me den el puro papel de regalo, o el lazo, pero bue. Mi mamá era tan pobre que cuando yo chupaba la teta salía agua hervida, con sabor a olla, nunca probé leche en mi vida, ¿cuándo iré yo a probar leche? Manquesea de ratón, leche de ratón, eso es lo que toma la gente rica, leche, y tienen esos huesos fuertes, yo siempre he tenido los huesos débiles, me fracturo de nada. Pero bueno, esa fue mi infancia, yo nací con 21 años porque mi mamá no tenía real para mantener un niño, así que yo nací adulto para trabajar de una vez.

Recuerdo mi primer trabajo, era en una finca, el capataz tenía full real, fumaba Cónsul, cigarro ‘e rico, a veces me regalaba la colilla, y yo puf puf, fumaba eso, me sentía como un millonario. En esa época a mi me pagaban con hojas secas, una bolsita de hojas secas mensual, y un mango, con ese mango yo tenía que sobrevivir un mes, primero rendía la pulpa y luego con la pepa la metía a hervir y hacía sopa de mango, ¡sabrosa! esos eran los buenos tiempos, cuando había prosperidad. Luego cometí el error de venirme a la capital, para buscar mi sueño de comprarme una bicicleta.

Me vine a pie, el autobús es de rico, yo jamás me he montado en nada que tenga ruedas, ¿cuándo iré yo a tener una ruedita? Manquesea el puro rin, aunque sea un pedazo de goma, pero bue, yo no soy rico para andar comprando ruedas. Cuando llegué a la capital conseguí un buen trabajo como empaquetador de supermercado, ahí se ganaba buen dinero, me daban monedas, imagínese usted, que mi mejor sueldo había sido un mango, ahora ganaba monedas de 50, de 100, como un rico, me hubiese visto mi madre, ganando monedas, mi papá también se habría sentido orgulloso, mi papá era un gato, mi mamá me tuvo con él porque decía que salir con hombres era de rico, mi papá era un gato flaquito, blanco y negro, murió atropellado por una pick up, él me quería, se me montaba encima y me decía serio “miau miau” y yo le respondía, no te entiendo ‘apá.

Luego me botaron de ese trabajo, yo más bien di las gracias, ahí gané como 5 bsF en menos de un año, jamás volvería a ganar tanto dinero, en esa época ganaba tanto que un día recibí tantas propinas que me di un lujo y me compré un multiabono, ufff, eran otras épocas.

Siempre quise aprender a leer, y que unas letras, jejeje, es que los ricos son una vaina, pa’ que va uno a leer, será pa’ leer toda la plata que debo, mejor me quedo así, igual yo no tengo real pa’ comprar un lápiz. Una vez hice un dibujo en la tierra con un palo, pero ahí mismo llovió y se borró el dibujo y se inundó la cuneta de la autopista donde vivía yo con mis hermanos, 79 hermanos tengo yo, casi todos perros y gatos, pero ellos cayeron en las drogas, pero bue.

Algo que siempre me hizo la vida muy difícil en la capital fue que acá todos los pisos son lisos, de cerámica, yo me resbalo en esos pisos lisos, siempre anduve descalzo en piso ‘e tierra, acá y que cerámica, y que porcelanato, pura cosa ‘e rico, yo si me he caído, y me fracturo, pero me curo solito, yo jamás he ido a un médico, eso es a los ricos, que les da cáncer y enfermedades caras, a mi me da es puras lombrices, enfermedades de pobres. ¡Ay chivuo, yo si soy pobre!”.

Ahí mismo murió, yo llamé a la policía pero lo dejaron ahí porque no tenía dinero para el entierro. Todavía paso por el lugar y está ahí el cuerpo descomponiéndose, ni los animales carroñeros se lo comen, cuando uno es pobre no queda ni para eso.

Escrito por Led Varela Bargalló - @LedVarela

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